domingo, 1 de enero de 2012

365 días de “no amarte”


Por las comisuras de tus labios suaves  se va un año de supuesto olvido. Un beso, sólo uno bastó para tirarle a mi razón esa necia idea de que, amorosamente, ya no eras presente para mí. Para ti fue algo simple, para mí será un volver a empezar.

¿Por qué besar a quién estimas? No te entiendo. No comparto tu idea de cotidianizar un acto noble. Debo añadir que no te comprendo en muchos aspectos, quizá eso  provocó la atracción: pretender descifrar tu complejidad.